El cultivo y uso de la hoja de coca en el imperio Inca.
La cosecha de chacras era exclusiva del Estado Inka, ya que ellas pertenecían al Inca. La producción era principalmente destinada para los ritos religiosos, como el Inti Raymi, donde el Cocapirikuy era el que adivinaba la suerte que correría el Imperio Inka los próximos 365 días tan solo lanzando la coca encima de una manta; pero antes escogía las hojas que tenían que ser totalmente enteras y planas sin ninguna rajadura podía ser grandes, medianas o pequeñas, y lo lanzaba una y otra vez hasta
comprobar la disposición de las hojas encima de la manta después se hacia el vaticinio o lectura de la coca, si quería absolver otra pregunta repetía la secuencia anterior. También era un sacrificio muy común ofrecer unas cuantas hojas de coca a las huacas y apachitas.
La ciudanía común del Imperio Inka, el runa del imperio, no podía recibir coca sin licencia de los gobernadores, sencillamente su uso le era prohibido. A tal punto era habitual el chajchar, que el Inca regalaba coca a los curacas, cuando querían hacerles una gran merced o recompensar algún servicio prestado.
Por lo tanto la coca era usada por la élite Inka como un presente valioso para premiar la labor, entrega y coraje de los Curacas o Gobernantes de otras provincias fuera de Cusco, por lo que su cultivo era controlado personalmente por la élite Inka, el obsequio era considerado como un favor especial, dicha hoja servía también medicinalmente como un relajante y energético usándolo en las grandes construcciones pétreas que siguen vigentes hasta nuestros días.
A partir de la hoja de coca se formó una leyenda. La hoja era algo maravilloso para el hombre, pues ella le quitaba la sed, el hambre, el cansancio y llenaba el alma del que usar de sosiego e indiferencia. Relatan que, en una época muy remota, antes del cultivo de la planta, existía una mujer hermosa y bella cuya perversidad y desenfreno llegaron al extremo, por lo que los ancianos yayas, tuvieron que imponerle un castigo ejemplar. La pena fue cumplida y su cuerpo partido en dos luego para ser enterrado. Al poco tiempo en el mismo lugar donde la sepultaron,brotó un arbusto. Fue el primer cocal al cual llamaron, en recuerdo de ella, Mama Coca o Coca Mama, motivo por el cual muchas pallas y ñustas llevaban este nombre.
Con la caída del imperio, las leyes incas restringieron la producción y el consumo de la coca se perdió. Pero los españoles no tardaron en sembrar numerosas chacras.Ya que la hoja verde y sabrosa,que vertía en el alma la paz y el sosiego de las altas cumbres, fue desea y apetecida por el pobre runa. La coca, fue llamada entonces “el oro verde”, y se tornó en un cultivo lucrativo; su consumo fue con los años extendiéndose más y más.