Alto el fuego entre Israel y Líbano: Un respiro en medio de la guerra, pero Gaza sigue ardiendo
Por: Alonso Sifuentes Vega
Israel y Líbano han acordado un alto el fuego para poner fin a los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá. El presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció el acuerdo este 26 de noviembre, destacando que el cese de hostilidades será permanente y permitirá el regreso seguro de los desplazados. Este acuerdo, facilitado por EE.UU., entró en vigor el 27 de noviembre y durará 60 días, durante los cuales Israel retirará sus fuerzas restantes.
La guerra en Gaza sigue en curso, debido a diferencias clave entre los conflictos en ambos frentes. Mientras que Líbano es un estado soberano y las negociaciones se han manejado a través del gobierno libanés, Gaza está gobernada por Hamás, que no acepta representarse por la Autoridad Palestina, complicando las negociaciones. Además, la falta de un liderazgo claro en Hamás y la división interna palestina han dificultado un acuerdo en Gaza.
Israel ha enfrentado mayores desafíos en Líbano, donde no ha logrado neutralizar por completo la amenaza de Hezbolá ni garantizar la seguridad en el norte. Por otro lado, en Gaza, Israel persiste en su objetivo de erradicar a Hamás y recuperar a los rehenes aún en su poder. La guerra en Gaza sigue siendo más compleja debido a la estructura política de la región y el liderazgo de Hamás, lo que ha impedido un alto el fuego similar al de Líbano.
El conflicto en Gaza, a diferencia del Líbano, involucra una serie de factores que dificultan la negociación de un alto el fuego. Hamás, al ser la principal fuerza política y militar en la Franja de Gaza, no ha mostrado disposición para aceptar una resolución que pase por la Autoridad Palestina, lo que complica aún más las conversaciones de paz. La continua lucha y las severas pérdidas humanas por ambas partes han generado un desgaste considerable. Además, las capacidades militares de Hamás, aunque no comparables a las de Hezbolá, han demostrado ser lo suficientemente desafiantes para Israel, alargando la guerra y haciendo más incierto el futuro de cualquier acuerdo. La situación se ve además afectada por la falta de un consenso internacional claro, lo que deja a Gaza en un limbo en cuanto a la posibilidad de alcanzar un cese de hostilidades de manera efectiva.
Al regresar, algunos residentes de Beirut se encontraron con edificios en ruinas donde antes estaban sus hogares. “Nos dieron un aviso y nos fuimos. La siguiente noche vimos la casa y era un desastre, pero estaba en pie. Y una noche después, no quedaba nada. Estamos vivos, pero no nos sentimos bien”, lamentaba una joven residente de Beirut frente a las cámaras de BBC News.
Como esta joven, muchos no tienen a dónde volver, ya que el conflicto ha dejado barrios enteros en ruinas. La emoción y la tristeza coexisten entre los sobrevivientes, reflejando el profundo impacto personal y colectivo de la guerra, que ha dejado cicatrices irreparables en la población civil. Lo que nos invita a reflexionar que, aunque se logre un alto al fuego como este, el cese definitivo de esta guerra aún necesita amplios esfuerzos y un consenso amplio entre las naciones.
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