La Última Cena en la Inauguración Olímpica: La Ceremonia de París 2024 y la Reacción de la Comunidad Internacional
Por: Alonso Sifuentes Vega
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, realizada el pasado 26 de julio, ha suscitado una gran controversia a nivel mundial debido a una escena que algunos interpretaron como una parodia de "La Última Cena". La secuencia, que incluía una representación festiva con elementos artísticos y bailes, ha recibido duras críticas de diversos sectores, incluyendo la Iglesia católica, grupos cristianos y líderes políticos internacionales.
La polémica se desató cuando la Iglesia católica francesa y otros grupos religiosos expresaron su descontento, calificando la representación como una burla al cristianismo. Anne Descamps, portavoz de los organizadores de París 2024, ofreció una disculpa pública, asegurando que no hubo intención de ofender a ningún grupo religioso y que la ceremonia buscaba promover la comunidad y la tolerancia. “Si alguien se ha sentido ofendido, por supuesto lo lamentamos mucho”, declaró Descamps en una conferencia de prensa.
El director de la ceremonia, Thomas Jolly, defendió la escena, afirmando que no estaba inspirada en "La Última Cena" sino en una celebración pagana en honor al dios griego Dionisio. Según Jolly, la intención era destacar la festividad y la herencia cultural francesa, no provocar ningún tipo de burla. Sin embargo, la explicación no ha sido suficiente para calmar las críticas.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se unió a la ola de reproches, denunciando que la ceremonia ofendió no solo a cristianos, sino también a musulmanes. Erdogan criticó duramente lo que describió como una manifestación de inmoralidad y propaganda LGBT*, y declaró que la inauguración había utilizado los Juegos Olímpicos como una plataforma para promover valores que él considera perniciosos. El mandatario también reveló que se había negado a asistir a la ceremonia a petición de su nieta, quien le mostró videos en redes sociales sobre el contenido de la inauguración.
Erdogan agregó que la ceremonia no solo representaba una afrenta a los valores religiosos, sino que también reflejaba una actitud generalizada de intolerancia hacia el velo islámico, que ha sido objeto de controversia en Francia. A su juicio, la escena evidenció una doble moral en la promoción de la "libertad", al mismo tiempo que se impide a las atletas llevar el velo en competiciones.
Este episodio ha resaltado la creciente tensión entre la libertad artística y el respeto a las creencias religiosas y culturales. A medida que los Juegos Olímpicos continúan, la controversia sobre la ceremonia de apertura parece seguir siendo un punto de debate central en el escenario internacional.
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